Una vez, después de usar una rama de albahaca para condimentar un rico aderezo, decidí meterla en agua para luego pasarla a una pequeña maceta. Lo hice un poco desesperanzada, pues en ese tiempo de mi vida todo lo que sembraba se secaba.
- Tienes buena mano —dijo mi papá—. Pensé que esta incapacidad era un reflejo de mí misma, como si todo lo que estuviera sembrando en la vida estuviera condenado a no florecer. Tenía poca paciencia.
Pasaron algunos días y le pregunté a mi papá:
- ¿Ya la siembro?
- No, déjala que eche más raíces.
Y entendí todo.
Mi albahaca y mi sueño más grande a veces parece que se marchitan. Pero siempre ha llegado alguien para recordarme echarle agua a ambos.
- Los sueños están hechos de voluntad, dice Marco. Y de paciencia, digo yo; y vuelvo a creer.

La albahaca sigue creciendo, y el sueño tampoco se marchita.
5 comentarios:
y de trabajo, dice Alvaro... : )
Gracias por compartir este post, realmente lo necesitaba....
PD. Me hizo reir el tapete e Bob Esponja
Con gusto le prendo la vela a sus sueños y a su planta, un abrazo comadre, y no chingue, no deje tan abandonado este bloj
Gracias compadre!! por el abrazo y la vela...
Procuraré escribir más seguido, prometo buscar los tiempos..
Alvita Bob siempre hace reir =)
Saludos a los dos!
Siempre he dicho que tu espacio es fuente de inspiración para escribir en el mío, tus textos simples pero sustanciosos a la vez, llenan. Sigamos regando pues, las albahacas y los sueños. Un abrazo
Adair, Gracias!! vi a tu hermosa hija!!
Te mando un abrazo y ojalá vengas a visitar pronto, con pequeña y todo eh? =)
Publicar un comentario