En todos los cafés hay mujeres acompañadas de más mujeres.
Mientras sorben su descafeínado con sacarina intercambian consejos, hacen planes, se envidian, planean complots, crean perfiles falsos, espían, lloran, suponen; y en sus ratos libres bailan salsa, hacen spining, hablan por nextel a todo pulmón, chatean, comen vegetales, consultan el horóscopo, se arreglan la fachada, muestran sus mejores dones; todo para encontrar aquello que no tienen.
En todos los cafés hay mujeres acompañadas... pero muy solas.